15 de noviembre de 2013

Mar adentro

Estoy moviendo las manos
pero ya no las siento,
porque este deseo
me recorre como brisa de madrugada,
tocándome los rincones,
despertando las sombras
que he guardado con esmero.

Porque hoy la vida me está doliendo,
sabiéndome a muerte
y a desengaño.
Quisiera pintarme una sonrisa,
pero las luces no llegan,
me estoy quedando en la otra orilla
sin barca que me devuelva.

Con la arena
tocándome los pies,
y tus manos
acariciándome el alma,
porque este tiempo se hizo tan breve
sin lugar para apilar recuerdos,
sin tus labios
tocando mis labios.

El amor resbaló de la hoja,
del roció de tu llanto,
sólo me queda
el sueño para soñarte
y mantenerte vivo
cuando ya no estés.

El camino de ida
que no te trajo de regreso,
mis ojos borrosos
viéndote desde lejos.
Que elijas tu destino,
que las huellas te acompañen,
estaré a la hora de siempre
extrañándote.

Victoria Montes

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